La motivación es Dios, el Salvador de mi alma.

Romanos 12:12 "gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración"

Estamos en medio de un mundo caído, dónde a lo malo le llaman bueno y a lo bueno malo, dónde mucha gente es amadora de si misma, sin importar los otros, dónde solo nos preocupamos del ahora, de lo que podemos ver y tener. 
Muchas veces nos desmotivamos al vernos en medio de tanta maldad y poca humanidad, pero no debemos dejarnos vencer por lo malo, si no por el contrario vence con el bien el mal, a través de las armas espirituales que Dios nos da, como la oración. 
Dios nos da dominio propio sobre la cobardía y autoridad sobre toda circunstancia. Mi motivación es Dios, mi refugio y torre fuerte. El ya pagó el precio de mi paz, como dice Isaias 53:5 "Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados."
Debemos confiar en sus palabras y promesas, declararlas sobre nuestra vida. 
Cuando activamos nuestra fe, cosas maravillosas suceden y si lo invitamos a ser parte de nuestra vida, seremos sus hijos, bajo su cuidado y protección.
Te invito a hacer una pequeña oración en voz alta, para que lo recibas como tú Señor y Salvador personalmente : Señor Jesús, te necesito, reconozco que moriste en la cruz por mis pecados, pido tu perdón y que entres en mi vida cómo Señor y Salvador, para que hagas de mi, la persona que tú quieres que yo sea, escribe mi nombre en el libro de la vida. En el nombre de Jesús. Amén.