Cuando encontramos a Dios la búsqueda termina y la aventura comienza

Es increíble cuántas veces Dios nos llama, toca nuestra puerta, nos envía mensajes, nos da innumerables oportunidades de conocerlo, pero a veces, estamos tan ocupados que no se lo permitimos o al menos creemos estarlo.

Apocalipsis 3:20 

 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

Jesús nos dice, que está esperando que le abramos nuestro corazón, para una relación íntima con El. No hablo desde la perspectiva de una religión en particular,  hablo de una relación con Dios, algo que va más allá de una rutina, de algun ritual, etc.

Hoy escuchaba una noticia que conmovió mi corazón, una persona de solo 60 años falleció sorpresivamente hace unos días atrás, era un locutor radial de una comuna rural, una persona "sana" que nadie pensaba partiría pronto, yo no sé si El conocía a Jesús, si lo había recibido en su corazón, por lo que no sé si partió con Cristo o a una perdición eterna.

Las misericordias de Dios se renuevan cada día y nos sigue dando oportunidad para recibirlo y conocerlo.

Mateo 9:13 

 Luego añadió: «Ahora vayan y aprendan el significado de la siguiente Escritura: “Quiero que tengan compasión, no que ofrezcan sacrificios”. Pues no he venido a llamar a los que se creen justos, sino a los que saben que son pecadores».

Te invito a que abras tu corazón a Dios y lo invites a tu vida, cada día es una nueva oportunidad de conocerlo y nadie sabe hasta cuándo estaremos físicamente en esta tierra, solo Dios !!! Cuando ya partimos de acá, nuestro destino eterno ya está elegido y nada podemos hacer, ya es tarde para arrepentirnos y buscarlo,  búscalo ahora y verás que tu vida puede ser aún mejor que la que llevas hasta ahora, tendrás la salvación de tu alma y seras hijo de Dios.

Cuando encontramos a Dios la búsqueda termina y la aventura comienza, tu vida nunca mas será igual !!! 

Jeremías 29:13 

y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.

Si ya has recibido a Cristo mediante una oración, no es necesario volverla a hacer, pero si no lo conoces y no lo has reconocido en tu vida, ahora puede ser la oportunidad. 

Te invito a hacer una pequeña oración en voz alta, para que lo recibas como tú Señor y Salvador personal: Señor Jesús, te necesito, reconozco que moriste en la cruz por mis pecados, pido tu perdón y que entres en mi vida cómo Señor y Salvador, para que hagas de mi, la persona que tú quieres que yo sea, escribe mi nombre en el libro de la vida. En el nombre de Jesús. Amén.