Dios nos libra del temor, siempre nos cuida.

Las personas no siempre tienen buenos sentimientos, a veces sin darles motivos  recibimos de otras personas apatía, celos, envidia y muchas veces cuesta comprender que quieran hacer daño, sin que uno lo merezca o sin haberlos provocado. 

Este tipo de situaciones, provoca que nos sintamos agotados, cansados, agobiados, con tristeza en nuestro corazón. 

Pero en esos momentos, debemos recordar de quien dependemos y quien nos cuida, que es Dios, el creador de todo, omnipotente, nuestro Padre amoroso, que no permitirá que nada nos dañe, por mucho que lo intenten. 

En su palabra podemos renovar nuestras fuerzas y confiar que todo estará bien, porque así lo ha prometido. 

Salmos 92:10-12 

Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo;

Seré ungido con aceite fresco.

Y mirarán mis ojos sobre mis enemigos;

Oirán mis oídos de los que se levantaron contra mí, de los malignos.

El justo florecerá como la palmera;

Crecerá como cedro en el Líbano.

Solo debemos orar, es decir conversar con El  y entregarle nuestras cargas, contarle todo lo que sucede en nuestra mente y corazón y El se encargará. 

Salmo 34:4-6

Busqué a Jehová, y él me respondió y me libró de todos mis temores.  A él miraron y resplandecieron,y sus rostros no se avergonzaron.  Este pobre clamó, y Jehová le oyóy lo libró de todas sus angustias.