Debemos ser agradecidos y confiar en Dios siempre.

Un corazón agradecido, llena nuestra alma y nos mantiene con gozo, en paz y confiados. Cuando conocemos que Dios es quién nos guía y sostiene, podemos estar tranquilos siempre. 

Filipenses 4:4-6 

" Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: !!Regocijaos!

Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca.

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias."

Debemos dejar atrás el afán, que nos separa de lo importante y no entrega nada a nuestra vida,  Dios nos dice que no debemos afanarnos por nada, debemos solo confiar y esperar en El.

 

Mateo 6:26-27

"Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?

¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?"

Debemos dejar el afán y ser agradecidos con lo que tenemos, contentarnos con las cosas sencillas de nuestra vida, agradecer cosas tan simples, pero tan importantes como tener salud, comida, un hogar, un trabajo y lo necesario para vivir. 

El Señor conoce cada una de nuestras necesidades y cubrirá cada una de ellas, para que disfrutemos nuestra vida en abundancia, como lo promete.

Cuando tenemos un corazón agradecido, el gozo permanece en nosotros.